20170121

LEÓN - LA ROBLA



23 de agosto, martes:

         Desayunamos en los alrededores de San Marcos donde se divide el Camino: a la izquierda continúa el Francés, a la derecha el Salvador.  Aquí se inicia la travesía por los remotos puertos de la Cordillera.

         Desde San Marcos y remontando siempre la margen izquierda del río Bernesga, se sigue la Avenida de los Peregrinos hasta el arrabal de Eras de Renueva.  Toda la vega está ahora inundada de urbanizaciones y residenciales de adosados por las que caminamos en un paseo agradable.  Pronto pasamos junto al complejo de San Cayetano, antiguo hospicio y en la actualidad dependencias de la Diputación, preámbulo de Carbajal de la Legua que atravesamos longitudinalmente siguiendo la carretera.  Al final del pueblo se abandona el casco urbano por un camino de tierra que asciende por una ladera con vistas al valle del Bernesga poblado de robles, encinas y carrascas.

          Creíamos habernos abastecido bien de agua y alimentos pero hace mucho calor y el terreno se empieza a inclinar.  En algunos tramos el sendero se estrecha y los arbustos forman túneles que pueblan nubes de mosquitos, en otros la maleza se abre pudiendo apreciar el valle y la galería de arboleda que forma el cauce del río.  Coincidimos con una pareja de peregrinos (no anoté sus nombres y no los recuerdo) ella, parlanchina irredenta, había sido hospitalera voluntaria en algunos albergues del camino Francés; él, más sosegado, camina a su sombra y con dificultades en las subidas.  En una cuesta también nos pasa como el rayo una joven alemana, Lisa de 27 años, que por la tarde, en conversación posterior, nos relata sus peripecias: dejó su trabajo, vendió su coche y su piso y se marchó a la India.  Después de una temporada, volvió a Alemania y comenzó a andar en dirección a Santiago el 7 de mayo de 2016, cuando llegue a Oviedo continuará por el camino Primitivo y luego recorrerá Portugal para, al final, marchar a Sudamérica, ¡me canso sólo de oírla! ¡qué entusiasmo!. No le pregunté los motivos de su decisión, así que nos quedamos con la incógnita.

          Sedientos y ya algo perjudicados se llega al despoblado de Villalbura del que solo quedan los muros ruinosos de algunos edificios y donde se ha instalado un buzón con botiquín y un libro de firmas en el que dejamos constancia de nuestro paso.  Un poco más adelante ascendemos una colina con fuerte desnivel que nos ofrece una lujosa vista sobre el valle del río leonés, luego una bajada tranquila por pista forestal hacia Cabanillas.   En la fuente del pueblo nos agrupamos todos a degustar un merecido refrigerio y recuperar fuerzas, momento en el que sufro un ligero desvanecimiento debido al calor y a la falta de líquidos que he ido acumulando, bueno un pequeño percance sin más consecuencias.

          Queremos quedarnos aquí pero el albergue solo tiene cuatro camas, lo que nos obliga a desplazarnos a La Robla donde ya existen plazas de sobra en un excelente albergue municipal inaugurado en 2011 en una esquina del parque de La Huerga, a las afueras del pueblo, y que está en perfecto estado de conservación y limpieza disponiendo de todos los servicios necesarios.

          La tarde-noche la dedicamos a hidratarnos recuperando los líquidos perdidos, primero con unas cervezas en el café-bar Cosmos, en la plaza de la iglesia, regentado por el amable Alberto, al que regresamos tras la reconfortante cena en el restaurante Olimpia, para degustar unos excelentes gin-tonics preparados al gusto de cada uno, orientados por el buen hacer de Alberto.

PINCHANDO EN CUALQUIER FOTO PUEDEN VERSE TODAS A MAYOR TAMAÑO
























Algunas de las credenciales de Lisa





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